Tomado de Centroamerica 21 ¿Quién es Ramiro Vásquez?
19 de Mayo de 2008
Su nombramiento como jefe militar
San Salvador, 1979, un joven vestido de cotón blanco, jeans y sandalias, se mezcla entre la gente, pasa de soslayo entre otros jóvenes de su generación, convoca reuniones en distintos lugares, conspira. Para entonces nadie sabe de quién se trata, más tarde será uno de los hombres más oscuros en la política salvadoreña de la posguerra, José Luis Merino, alias Ramiro Vásquez.
RedacciónEs el mes de marzo de 1979, las agrupaciones de izquierda están sometidas a un debate por definir el tema de su unidad en torno a la lucha armada. Dos organizaciones pelean bajo el método militar desde 1970, las Fuerzas Populares de Liberación, FPL, y el Ejército revolucionario del Pueblo ERP.
Un grupo de militantes han acordado reunirse en San Salvador para celebrar de manera clandestina el VII Congreso del Partido Comunista Salvadoreño. Entre los asistentes se encuentran el desparecido Shafik Hándal y otros personajes como el comandante Marcelo, Raúl Granillo, quien fuera acusado de haber sido uno de los autores intelectuales en el secuestro de varios empresarios salvadoreños. Asimismo llegan a la cita del mencionado congreso, Norma Guevara y Miguel Sáenz, actuales integrantes del Concejo Municipal de la Alcaldía de San Salvador; Ramón Suárez, conocido como Barbarroja, quien fuera diputado propietario de la Asamblea Legislativa por el departamento de Usulután en el período 1994-1997, actualmente jefe del equipo de seguridad del candidato a la presidencia por el FMLN, Mauricio Funes, José Domingo Santacruz, actual presidente del Tribunal de Ética del FMLN y otros personajes.
Uno de los más jóvenes asistentes y al parecer más beligerante, para ese entonces es el Secretario de la Juventud Comunista de El Salvador, es Ramiro Vásquez.
electoreros y militaristas enfrentados
La pelea por la opción de la lucha armada, en ese momento y en ese partido, no se da solo a partir de las concepciones acerca de la "lucha revolucionaria", tiene que ver mucho con el tema generacional. Los dirigentes más viejos parecen no estar muy convencidos de ir a una guerra donde no tienen muchas opciones.
Las otras organizaciones de izquierda, que ya han optado de manera decidida por las armas, siguen juzgando al Partido Comunista como electorero, pero eso es lo de menos, dentro de las estructuras del mismo Partido Comunista se comienza a dar una enorme crisis sobre el mismo tema y bajo las mismas perspectivas.
El grupo de los más jóvenes ha propuesto al Congreso del partido que se acuerde fundar las Fuerzas Armadas Comunistas para acompañar a las demás organizaciones. Las discusiones son fuertes y agrias, las acusaciones son las mismas: unos son recriminados como aventureros e izquierdistas y otros como conservadores y miedosos.
La tensión es tal, que las reuniones relacionadas con el VII Congreso tienen lugar en distintos lugares, en los que cada uno de los grupos discute internamente su postura frente al tema de la guerra.
Los delegados al congreso, en su mayoría, son llevados vendados de los ojos, en el estilo propio de la clandestinidad de aquellos años, pero a la vez en este caso no solo se debe a esa condición natural sino a la misma desconfianza existente entre las dos corrientes de pensamiento que viven uno de sus momentos más críticos.
La comisión militar
Uno de los abanderados del grupo que apoya la lucha armada de manera decidida es Ramiro Vásquez, José Luis Merino. Será desde ese momento uno de los hombres más misteriosos que se haya conocido dentro de las filas comunistas.
Los acuerdos finales del congreso dictaminan fundar el brazo armado, pero no todo mundo está satisfecho con los resultados y la disputa no parece haber quedado muy clara. El temor de algunos dirigentes, inclusive el del mismo Shafik Hándal, es que pueda darse una nueva ruptura como la sucedida en el año 1970, cuando Salvador Cayetano Carpio, secretario en aquella época del PC, decide separarse de los comunistas para fundar las FPL.
Como era típico en los partidos comunistas, en el congreso debía de elegirse a los integrantes del Comité Central y a los integrantes de las diferentes comisiones, y la más importante de todas, la comisión política. Pero ningún congreso de los comunistas debió definir, hasta ese entonces, un tema tan espinudo como la formación de la comisión militar.
Este tema era mucho más complejo pues una parte del Partido Comunista seguía involucrado en alianzas con la socialdemocracia, democracia cristiana, con militares y otros sectores, cuyas relaciones no deseaban ver afectadas con una noticia que vinculara a los comunistas de manera directa con la lucha armada.
Había un temor enorme a mencionar de manera oficial en un documento del partido el tema de la lucha armada. Es importante recordar que todo lo acordado por un congreso comunista debía quedar escrito como resolución final en un documento de carácter oficial. Esta es una característica de un enorme peso organizativo e institucional. El Partido Comunista de El Salvador funcionaba bajo los mismos esquemas de los partidos vinculados a la internacional comunista liderada por la Unión Soviética y el bloque del Este.
Ramiro Vásquez fue nombrado responsable de la Comisión Militar, que debía organizar los equipos armados, establecer la logística, ejecutar los movimientos para las relaciones internacionales e informar al partido de sus avances. Aún no hay un nombramiento formal a su investidura, pero desde el punto de vista técnico él comienza a ser el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas de Liberación, FAL.
Aunque el Congreso acuerda involucrar al Partido Comunista de manera directa en la lucha armada de las izquierdas, lo cierto es que no hay nada concreto a partir de ahí. Algunos miembros del mismo partido se oponen a que se avance y ponen trabas, argumentando que no hay recursos para organizar grupos armados de carácter ofensivo.
Se llevan a cabo otras reuniones para que no se entorpezca más la misma decisión tomada en el Congreso, las batallas continúan en ese plano de los estiras y encoges.
La formación
Los viajes a la Unión Soviética, Cuba, Vietnam y Nicaragua son los pasos inmediatos a dar para Ramiro. De los cubanos y los sandinistas tomará la escuela guerrillera y de los soviéticos la doctrina y el sesgo silencioso de la conspiración y "la doctrina antisistema", el marxismo; pero de sus aparatos de inteligencia, de los cuales ya han aprendido a esconderse, asumirá ese tendencia hacia los movimientos oscuros y misteriosos.
Shafik Hándal sigue siendo la figura emblemática en el plano político, a nivel estratégico, pero su desvinculación directa en la mayoría de los detalles militares lo va aislando. Ramiro Vásquez es quien de ahí en adelante cobra un enorme y silencioso poder, se ocupará de los pormenores de la preparación de la guerra, después conducirá la guerra, será su sombra hasta el día de su muerte y al final también cerrará el ciclo al ser uno de los hombres con mayor poder dentro del partido de la ex guerrilla, aún cuando no sea uno de los más públicos. (Continuará)
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Este reporte ha sido escrito sobre la base de varios testimonios de ex militantes del Partido Comunista Salvadoreño, muchos de los cuales entraron en contacto con José Luis Merino, alias Ramiro Vásquez, en distintos momentos, antes, durante y después de la guerra. |